sábado, 11 de abril de 2009

500 niños/as son crucificados en las calles de Fortaleza












El pasado día 8 de abril, miércoles santo, más de 300 niños y adolescentes cargaron sus cruces de madera y ocuparon la turística “Beira mar”. El acto congregó un buen número de ONGs que pretendían alertarnos de la dramática situación que viven los niños y adolescentes moradores de las calles de las grandes ciudades de Brasil.

Según los organizadores del evento más de 500 niños viven en las calles de Fortaleza, explorados, mendigando, robando… Más del 65% son consumidores de drogas, lo que hace muy difícil la tarea de los educadores de calle y de los centros de día y los albergues.

El gesto quiso simbolizar cómo la sociedad crucifica a los niños, relegándolos a la miseria y clavándolos a un presente cruel del que no se pueden libertar. Cada niño cargó su crucecita y al final todas esas cruces fueron clavadas en la arena del paseo marítimo en señal de protesta y rebeldía al abandono social. El gesto fue repetido en otras muchas ciudades de Brasil haciéndolo coincidir con el lanzamiento de la campaña “Criança nao é de rua” (Niño no es de la calle). Se reivindicaron políticas públicas efectivas, y no sólo palabras; recursos para la prevención, calidad en la enseñanza, salud… y apoyo financiero y gubernamental para las ONGs.
El Hogar Santa Mónica no quería perder un momento como este y nos hicimos presentes en el acto, junto con entidades amigas como la Casa del Menor San Miguel Arcángel del CEU, la Asociación Pequeño Nazareno, la FUNCE, la Aquitabuara de la Barra del Ceará, etc.
El acto terminó de manera emotiva con la lectura por parte de un niño de la calle de un manifiesto. En él se pedía respeto a los derechos de los niños y medidas de actuación concretas para el número creciente de niños que en las calles sufren violencia y miseria.
El Hogar Santa Mónica no atiende directamente “niños de la calle”, sino “niños/as en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad. Todavía no nos encontramos con “fuerzas” para acompañar estos niños/as en los terminales de autobuses y en las peligrosas plazas de la ciudad. Seguro que, cuando la primera casa de abrigo esté lista, algunas de sus moradoras serán menores de edad salidas de la calle. Podremos aportar entonces nuestro granito de arena para paliar la grave situación de estos más de 500 niños/as que en nuestra “Bela Fortaleza” cargan con la cruz de cada día en busca de un poco de alivio a tantos sufriemientos.

1 comentario:

amig@s dijo...

Impactante, sobrecogedor... Me ha parecido una iniciativa extraordinaria. El impacto visual es demoledor. Sólo hace falta que se den cuenta de que esta poderosa metáfora refleja la realidad, la de los modernos crucificados que estamos llamados a devolver a la vida. Criança nao é de rua!!

_Héctor_