martes, 10 de agosto de 2010


Miércoles 4 de agosto

Hoy hemos ido con Fray Esau y con Luiza a visitar la Congregación de monjas CAMELIANAS en la que Luiza (la psicóloga del hogar Santa Mónica) va a trabajar unas horas a la semana.
Tienen una casita en la que 5 de ellas viven, junto con 5 novicias. Todas ellas son muy jóvenes, la madre superiora tendrá en torno a 40 años y el resto de las hermanas entre 20 y 25 años (las novicias menos). En la casa donde viven hay una parte que está reservada a acoger adolescentes que han quedado embarazadas por abusos sexuales. Cuando hemos ido sólo estaba una de ellas (tiene 15 años) y su hijita de 2 años, fruto de una violación por parte de su padre.
Luiza va a empezar a trabajar con ellas dos porque, además de la labor espectacular de las religiosas, necesitan ayuda de una psicóloga. Estas monjas van de la mano de un fraile Camiliano, el padre Adolfo.

Tiene 72 años, es italiano y lleva en Brasil 38 años, 20 en el Amazonas y 18 aquí en Fortaleza. Cuando llegó a Brasil, siendo ya fraile, se dio cuenta del gravísimo problema de abusos y explotación sexual que había y decidió que ,qué mejor forma de ayudar, especialmente a las adolescentes, que hacerse ginecólogo. Es toda una institución en Fortaleza y la gente le adora.
Junto a la casa de las monjitas tiene una consulta ginecológica en la que visita a gente que puede pagar sus servicios y por otro lado y de forma gratuita a montones de niñas y adolescentes de la calle, prostitutas, víctimas de abusos...HAY GENTE INCREIBLE POR EL MUNDO.
Además de esto dirige junto con las monjitas un centro en el que se acogen 300 chicas adolescentes que son muy pobres y casi todas ellas drogadictas y con familias totalmente desestructuradas que, en muchos casos, han abusado de ellas. Les dan clases de informática, música, cocina, costura,peluquería.
Después de esto hemos ido a una de las casas que tienen los Agustinos. Está en la calle Roberto Kennedy (en una de las zonas más pobres de Fortaleza) y en la que preparan sopa que luego reparten entre los más pobres del barrio, especialmente a niños. Hemos ayudado al reparto, había una fila con más de 40 niños con platos y cacerolas en las que íbamos echando sopa.


Nos ha explicado fray Esau que en muchos casos será la única comida del día para esos niños. El sitio donde los hemos repartido es una "casi-favela", todavía no hemos ido a una favela de verdad (no quiero ni imaginarme cómo será).
Después hemos vuelto a la casa y hemos estado un poquito con una de las dos profesoras que colaboran con los Agustinos impartiendo lo que llaman clases de refuerzo a niños muy pobres pero que al menos tienen la suerte de ir a la escuela... algunos días. Les ayuda a hacer las tareas del colegio y trata de ayudarles a aprender con juegos, teatro etc.

2 comentarios:

Drope dijo...

Me da a mí que os tira eso de ser "monja", por lo menos por unos días, meses, "años"... No está mal.

Drope dijo...

Me imagino que os habrá entrado el gusanillo de poneros a dieta para dar buen ejemplo.
Esto nos puede venir bien para no decir tantas veces "qué hambre tengo", me muero de...