50 reales (aprox. 25 dólares) son suficientes para pagar por servicios sexuales en las calles de Brasil.
Es aún más alarmante que muchos de los que venden su cuerpo sean
menores de edad. La tendencia desde hace unos años va en aumento. Con el
mundial, el problema se catapultó.
Periodista: ¿Cuánto cobran?
Niñas: 50 reales (25 dólares).
P: ¿Para hacer todo?
N: Sí.
P: ¿Cuántos años tienes?
N: Tengo 16.
P: ¿Y tú tienes 16? [le pregunta a la otra niña?]
N: Tengo 17.
P: ¿Y qué hacen ustedes?
N: Hago “sexo oral”.
P: ¿Todo?
N: Sí, todo.
P: ¿50 reales para las dos?
N: 50 para cada una.
P: ¿Y por que ofrecen sexo?
N: Porque me gusta, dame dinero para comprar un cigarrillo.
P: ¿Tienen otros precios para los extranjeros?
N: Sí, tenemos otros precios. Ellos tienen mucho dinero. Por eso cobramos mucho.
P: ¿Usan drogas ustedes?
N: No, la vida de nosotras ya es una droga (mierda). Mucho gusto, mi nombre es Gabriela, cualquier cosa estoy aquí.
Esta apenas es una más del centenar de
historias que empiezan muy temprano. La mayoría de las niñas comienzan a
ofrecerse con tan solo 12
años de edad.
Fortaleza es conocida por tener un alto índice en venta de servicios
sexuales. Por eso, muchas entidades internacionales observan de cerca el
desarrollo de los acontecimientos aquí.
El crecimiento de las cifras es alarmante en un país que paradójicamente gastó 14.000 millones de dólares
en la preparación del mundial pero que destinó apenas 3 millones y
medio en programas que afrontan la prostitución como problema social.
Lucha contra la violencia
Visitamos el albergue “Lar Santa Mónica”
para menores que han sido víctimas de la violencia sexual. Allí
hablamos con su director, el sacerdote José Alberto Moreno, quién nos
mostró sobre un mapa de Fortaleza con alfileres de colores, dónde están
localizados los casos resueltos y los que aún están pendientes de serlo.
Nos habla del trabajo que realizan para rescatar a las menores de edad
y sacarlas de la calle. “El problema es la desigualdad social, la
pobreza, la falta de oportunidades. En un país donde la diferencia de
clases es enorme. Es por eso que la Copa del Mundo para las niñas, las
adolescentes y mujeres es una oportunidad única”.
En la Copa de Confederaciones, hace un
año atrás, ya había sido alarmante el crecimiento de la prostitución en
general. ¿Cómo se da el encuentro de los clientes con las menores de
edad? “Los taxistas suelen llevar a los ‘gringos’ a los puntos a los que
tienen que ir, también sabemos que hay agencias de viajes que ofrecen paquetes donde los turistas no necesitan ir muy lejos”, agrega el padre.
El sacerdote considera que Brasil ha
invertido mal el dinero e insiste en que deberían haberse impulsado
proyectos que mejoren la educación, estimulen la economía y la inversión extranjera.
“Debemos reinventar Brasil. Hay que invertir en lo que realmente hace a un país grande, que es la cultura, la educación y los valores. Estamos invirtiendo en el fútbol y no en otras cosas, ese es el problema”, afirma el director.
Buscando al príncipe azul
La
psicóloga del refugio, Luisa Díaz explica uno de los motivos por el cual
las niñas empiezan temprano en este oficio. “Es por el ‘sueño
americano’, van en búsqueda de
un príncipe que las saque del país”. Otro problema es el régimen de
explotación sexual al que se ven expuestas desde muy pequeñas. “Las
niñas que han sido explotadas sexualmente se sienten luego como una
mercancía usada. Se sienten apenas un simple producto”, según nos
explica la especialista.
Y añade que el gobierno elabora
proyectos para combatir la prostitución de menores, pero que el negocio
es tan lucrativo que ello dificulta su erradicación. “Es un asunto
político y hay muchas personas importantes implicadas. Este negocio es
una fuente regular de ingresos para algunos”.
¿Qué hace el gobierno?
El gobierno brasileño destinó una cifra equivalente a 3 millones y medio de dólares para enfrentar la prostitución infantil en las ciudades sedes del mundial, impulsando varios proyectos.
Los futbolistas también han demostrado su apoyo en una campaña publicitaria denomida “
it´s a penalty”
(es un delito). Algunos que participan son el brasileño David Luiz y el
inglés Gary Lineker, entre otros. Esta campaña fue coordinada por tres
organizaciones:
Happy Child International,
Jubilee Campaign y
A21 Campaign.
El objetivo de la misma es alertar a los turistas del riesgo de, sin
saber, pagar por servicios sexuales con menores de 18 años, un crimen
según la ley brasileña.
“La Copa del Mundo es un evento muy
importante y tristemente, algunas personas utilizarán esta oportunidad
para explotar sexualmente a los niños”, dice Lineker en el video. “Pagar
por sexo con alguien menor de 18 años es completamente ilegal”.
Campañas como esta o las implementadas
por organizaciones no gubernamentales, más ayudas internacionales y la
persecución de la policía de los explotadores de niñas parecen ser
apenas parte de una campaña mediática muy lejana a la solución real
del problema. Porque para erradicarlo se necesita mucho más que 3
millones y medio de dólares o mensajes bonitos. Se precisa una inversión
seria en educación y en programas de inserción laboral para que mejore
la calidad de vida básica de cada uno de los habitantes de este hermoso país.
Cf. http://training.dw.de/ausbildung/blogs/onceamigos/un-cuerpo-joven-por-muy-poco-dinero-2/
Reportaje en la TV alemana: https://www.dropbox.com/s/yyphghvfxklg9qa/rtlnj_11.06.2014.mp4