
también tuviéramos un día de diversión!
El reencuentro con los más pequeños fue muy gratificante. La tía Cícera tenía ya todo organizado. Hacía meses que los pequeños del grupo – de 4 a 12 años– reclamaban “su derecho” a una mañana de diversión en el seminario.
Todos estos niños provienen de familias con escasos recursos económicos. En muchos de los casos son niños criados por los abuelos, o por vecinas, o madrinas… algunos de estos niños tienen grandes carencias afectivas y muchos están mal alimentados.


Llegó entonces una de las partes que más les gusta a los peques: la manguera. Y es que a falta de piscina buena es una manguera, aunque el agua saliera tan caliente. Nadie se bañó… en realidad, se bañaron unos a otros…
La furgoneta salía por la puerta del seminario cargada de chiquillos de vuelta a sus casas… felices porque alguien los había tenido en cuenta… habían sido protagonistas. El seminario está a 1 km de sus casas, pero para muchos esta ha sido la excursión de su vida. El lugar es agradable, limpio, seguro... y sobre todo son amados incondicionalmente... muchas de las cosas de las que no disfruta en sus ambientes.


2 comentarios:
Qué fiesta más entrañable!! Ojalá algún día esto también se pudiera hacer realidad cotidiana para ellos. Ya se sabe, los niños son niños a pesar de todo, aunque les hagan crecer pronto.
OI, Hector! gracias por tu asistencia técnica y por tu cariño por nuestro trabajo. ¡Ojalá pronto podamos contruir la casa para las niñas, y podáis venir a compartir la alegria de ser niños junto a nosotros en Fortaleza.
Alberto
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