lunes, 9 de agosto de 2010

Lunes 2 de agosto

Día intenso de experiencias.

Por la mañana acompañamos a Lucélio y Luíza a recoger al padre de POCAHONTAS y su hermana, que se encontraba en un psiquiátrico para su rehabilitación de drogodependencia y devolverlo a su puesto de trabajo como funcionario en un hospital público.
Esta situación es preocupante porque es evidente que no está rehabilitado, su ingreso fue a través de gestiones realizadas por el LAR, y una vez terminado este periodo, dictado por un juez, debía ser entregado al puesto de trabajo, tanto la asistente social como el director del Hospital han reconocido que no se encontraba en condiciones de volver a su puesto de trabajo, de camillero. Pero desde el LAR no ven la manera de hacer nada más con el padre de estas niñas. Sin embargo con la madre la historia es diferente, ya os la contaremos…

A la tarde fuimos con nuestro PROFETA (Lucélio) al CARLITO PAMPLONA, allí estuvimos visitando a varias familias, y nos dimos cuenta de que aunque la vivienda era igual, la forma de vida era muy diferente.
En una de ellas, encontramos a una madre con 6 hijos pequeños, con toda la casa sucísima y desordenada, el patio lleno de ropa sucia y ella sentada viendo una película de DVD.
Sin embargo, entramos en la casa de la señora Rosario que tenía la casa limpia e incluso tenía en el patio una zona con un jardín muy cuidado. Ella, muy amable nos ha dado unas semillas para plantar, y hemos hablado de posibles iniciativas para el barrio en las zonas comunes relacionadas con la jardinería.
Nos comenta el FRAY que cuando habla con estas familias, le dicen “nos han dado una casa mejor, pero vivimos peor”.


Recordad que estas casas les fueron dadas cuando les expropiaron las favelas de la playa. Cuando vivían en las favelas, cogían el agua de grifos ilegales que colocaban en las canalizaciones, y la luz, empalmando ilegalmente a la corriente donde podían, tampoco necesitaban gas porque hacían fogatas con troncos que encontraban. Al llegar al CARLITO, si querían agua, luz o gas, tenían que pagarlo. Muchas de las casas no tienen agua corriente ni luz por ese motivo, y mucho menos gas que aquí es muy caro. En estos casos preparan fogatas en la propia casa para cocinar.
El barrio tiene 2 años y sin embargo está viejo y sucio como si tuviera 40 años. Ver a Rosario nos llena de esperanza.

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