martes, 21 de mayo de 2013

AYUDAFORTALEZA DE ARNEDO: III MERCADILLO BENÉFICO EN LA ALDEA (2013)



El fin de semana 9 - 11 de mayo el grupo de Ayudafortaleza de Arnedo realizó el tradicional mercado de zapatos en Aldea Nueva de Ebro (La Rioja). Sirva como información la carta que Anabel escribió a fray Alberto apenas terminado el mercadillo.



Una vez más, muchísimas gracias a todas nuestras queridas amigas/os y a las empresas donadoras, a los amigos/as de La Aldea, a José Luis -su párroco-, y a todos los que hacen posible que el milagro de la generosidad continúe realizándose cada día.


CARTA DE ANABEL:

Hola, mi querido Alberto:
 
Ya tenía ganas de escribirte, con esta alegría que siento, después de este maravilloso fin de semana que el grupo de Ayudafortaleza hemos pasado en La Aldea.

Una vez más, este pueblo nos recibía con los brazos abiertos. Hacia semanas que nos estaban esperando y preguntaban a José Luis (arnedano, párroco del pueblo) por las animadas catequistas arnedanas.
 
La verdad es que ha sido todo muy rápido. Otras veces vamos varias veces para montar todo con una semana de antelación, pero este año  no teníamos los salones de la parroquia libres hasta el jueves, porque el terremoto de José Luis no para de hacer actividades en la parroquia.


Llegamos el jueves con un camión tremendo de Transportes Josean. Pero no solo iba cargado el camión, también nosotras íbamos cargadas de ganas e ilusión. Nos sentimos muy bien acogidas… vamos, como en casa. Además de las mujeres nos acompañaron nuestros "chicos", que ahora se apuntan a todo. Colocamos todo tan bonito, y tan bien; y es que ya somos unas autenticas veteranas.

Estábamos muy felices porque teníamos  muchísimo calzado, sobre todo de señora. Esta vez nos ha fallado un poco el de caballero, pero con la difícil situación que aquí sólo tenemos que agradecer y decir que nuestro "Chuchi" ha vuelto a hacer de las suyas enviándonos tanto género.


El viernes bajamos ya sabiendo que iba ser una pasada...y así fue. ¡Qué maravilla! Había una inmensidad de personas esperándonos y casi no cabíamos dentro del salón. Empezamos a vender más y más zapatos y cuando nos quisimos dar cuenta ya eran las nueve y media de la noche. Habíamos hecho una buena caja.

El sábado, como siempre, tomamos nuestro cafecito y de nuevo al ataque. La mañana estuvo más tranquila. Ojalá nos podrías haber visto a la hora de la comida. Sacamos una mesa a la calle y allí con nuestro picnic comimos maravillosamente; incluso con el café el vino de Mistela. Te puedes imaginar lo contentas que nos puso. Había salido el día un poco nublado pero a la hora de comer teníamos un sol resplandeciente. Nos reímos un montón y es que sólo por estos ratos ya vale la pena hacer lo que hacemos.

A la tarde empezó a venir la marabunta. Al final recogemos alegres por la simpatía de las personas, la recaudación que ayudará a nuestras niñas y las anécdotas y situaciones tan pintorescas que vivimos. Hasta parece que a alguna del grupo le va a salir novio de La Aldea; ¡ja, ja, ja! Recogemos la mar de rápido porque Jesús y Pedro están hechos unos profesionales del “monte y desmonte”.

Al final hemos recaudado 4.250 Euros.  Además hay algo que conseguimos que no tiene precio y es lo que disfrutamos, lo que nos reímos, lo que sin ninguna duda nos hace olvidar problemas y preocupaciones, lo que compartimos… A mi estos momentos me ayudan a coger pilas para ponerme en pie. Todo gracias a vosotros, ¡al maravilloso Lar Santa Mónica!

De nuevo le doy gracias a Dios por haberos puesto en mi vida y hacer que mi corazón se llene de tanto amor que desde allí, mágicamente, me hacéis llegar ¡Cuánto os quiero!

Cómo me hubiera gustado volver este año a estar con vosotros, pero aún no sé si voy a tener vacaciones. De cualquier forma eso no me va quitar que os siga teniendo en cada momento en mi pensamiento y corazón.

Es increíble también como esta tarde cuando recogíamos nos sentíamos más contentas aún porque apartábamos una parte del calzado para Perú para otro país que no recuerdo. Tomas y José Luis nos lo habían pedido porque dice que allí hace mucha falta. ¡Qué alegría, poder ayudar a tanta gente!
 
Da un fuerte abrazo a cada una de las niñas, y especialmente para la última en llegar al Lar, la pequeña Adriele, y también a todas las educadoras, y para ti un fuerte abrazo, 

Anabel.


PD: Casi no te he hablado de José Luis, ¡qué hombre!  Todo el cariño de la gente de La Aldea es por su culpa. Desde que llegamos hasta que nos vamos no nos deja un minuto salvo cuando tiene que decir las Misas.
















1 comentario:

Anónimo dijo...

FANTASTICO, que envidia nos da.