lunes, 16 de febrero de 2009

450 niños y adolescentes asesinados

Más de una muerte por día de niños y jóvenes fue registrada en Fortaleza el año pasado. Fueron 450 de estos homicidios en la Capital. El número corresponde al 65% de todos los asesinatos durante el año pasado.

Las calles de Fortaleza fueron escenario de más de una muerte de niños y jóvenes por día durante el año pasado. Fueron 450 asesinatos de niños y jóvenes con edad comprendida entre los 10 y los 29 años; fueron asesinados con pistola, cuchillo, ahogados… y otros tipos de óbitos.


La Secretaría de Salud informa que los 450 muertos corresponden al 65% de los 690 asesinatos registrados en Fortaleza durante el año 2008. El número de muertes de niños y jóvenes gana aún más fuerza cuando se compara la cantidad de ellos en la población total.

Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), existen en torno a 855.000 niños y jóvenes entre 10 y 29 años en Fortaleza, lo que representa sólo 35% de los más de 2,4 millones de habitantes. O sea, que el porcentaje de niños y adolescentes que son asesinados en la Capital del Ceará es altísimo con respecto a la población de la ciudad.

Muchas de las muertes están relacionadas con la drogas, aunque no sea posible establecer un número, ya que muchos de los interrogatorios no fueron concluidos. Un gran número de estas muertes se producen mediante ejecuciones, por deudas del tráfico de drogas o disputas por territorios entre grupos rivales.El municipio está concluyendo cinco comisarías que se especializarán en muertes específicas: tráfico de drogas, violaciones – defensa de la mujer, …

História de Felipe

Hoy, 16 de febrero, hace un año que Felipe de Souza Silva murió, a los 15 años, a causa de su conexión con el tráfico de drogas. Recibió un tiro cuando estaba en la calle, en el conflictivo barrio de “Bom Jardim”. Las investigaciones de la Policía señalaron a Felipe como un “avión”, persona encargada de vender o transportar la droga en el barrio.

Para la madre, que prefirió identificarse sólo como Raimunda, él era el chico que aún no tenía ni pelos en la cara. La foto del hijo muerto es la única a adornar la sala de la casa de tres habitaciones. Raimunda recuerda que a su hijo le gustaba bailar. “Hasta se presentó una vez en un programa de la tele”, recuerda.

Los recuerdos también traen la indignación de que el hijo puede haber muerto por una deuda de R$ 15,00. “Por lo que me contaron ese día, una traficante del barrio comenzó a discutir con él y le dio una torta a mi hijo. Él se la devolvió y después salió, y fue a esconderse en la calle del personal que hace la seguridad del barrio”, destaca. Pero la traficante fue atrás de él. “Tras una conversación, le disparó por la espalda. Lo peor es que ella está libre”, completa.

Puedes accesar a la noticia en portugués en: http://www.opovo.com.br/opovo/fortaleza/855622.html


1 comentario:

amig@s dijo...

Qué decir... En fin.. Hay quien piensa que la violencia anida en algún lugar ancestral de una persona y estará dispuesta a aflorar si no ponemos remedio, a pesar de todo, esta realidad escapa a los discursos y al entendimiento. Es el valor nulo de la persona: la persona vale menos que unos reales o un buen nombre.

La realidad supera a la ficción, pero para quien no esté muy enterado del tema, le recomiendo una película llamada "Ciudad de Dios" (o "Cidade Deus") de Fernando Meirelles. Creo que no llegué entender suficientemente a Alberto y a toda la gente que trabaja allí hasta que no la vi. Eso a pesar de que, como siempre, cualquier sensación no es comparable a la de la realidad que te golpea en la cara: a la que se plasma en una madre que acude a ti, llorando y diciendo que acaban de matar a su niño por una riña.

_Héctor_