viernes, 3 de agosto de 2012

VOLUNTARIOS ARNEDANOS EN FORTALEZA - 2º, la dura realidad


Hoy el día prometía! Cada noche nos reunimos para evaluar el día y planificar el día siguiente. Ya nos hemos dado cuenta que aqui lós dias van a ser muy intensos. Hoy hemos comenzado a entender lo que significa el trabajo del Lar Santa Mónica, y sus programas de desarrollo y protección con estas niñas y adolescentes.

A primera hora de la mañana hemos salido del CEU para adentrarnos en las bulliciosas calles de los barrios de la periferia de la ciudad de Fortaleza. Desde la distancia se observaban los lujosos rascacielos de la turística Fortaleza. Sin embargo, nosotros pasamos por calles estrechas, casitas bajitas a los dos lados, con mucha gente en  la calle que no paraban de mirarnos . Sobre todo  había muchos niños, descalzos, con unos ojos muy grandes que nos observaban. Después de un poço llegamos a nuestro destino. Ahí ha sido cuando nuestro corazón se ha empezado a sobrecoger. Hemos conocido a una adolescente de 15 añitos –de la misma edad de Paula-, com uma mirada triste y perdida, mirando hacia el suelo y hablando con una tímida voz. Estaba en casa de su tía porque había tenido el coraje y la valentia de marcharse de su casa, ya que su padrastro y amigos la utilizaban para sus “juegos sexuales”. Además,  nos desgarra saber que su madre no le creía, y que fue capaz de marcharse de casa y deambular por las calles hasta que su tía se enteró y la buscó para traerla a su casa.

Es increíble que sin entender el idioma hayamos podido percibir y  sentir la rabia e impotencia en la lagrimas de su tía cuando nos  contaba la historia. La tia nos conto que la chiquilla se lava cada 15 minutos porque “se siente sucia”. Además hay otros hermanos y una hermana de 13 años que aún quedan en casa y también quiere para ellos.

Há sido tremendo, cuando a la niña se le ha hablado del Lar Santa Mónica y se le ha invitado a venir a vivir aquí, la respuesta ha sido rápida y firme: !Sí, quiero!

Y así há sido;há cogido sus pocas pertenencias en dos bolsas, y tan bonita –con ropa y zapatos nuevos que su tía le ha comprado- se ha metido en la “kombi” com nosotros.

A lo largo del camino le íbamos preguntando cómo estaba y ella contestaba que bien, y al decirle que parecia triste nos ha dicho que era porque le preocupaba cómo se habían quedado sus hermanos en casa.

Aquí aparece uma vez más “la magia” del lar santa Mónica, pues existe una preocupación por las niñas y también por sus familias, bien para ayudar a salir de la situación de vicio o miséria, bien con el cuidado de los otros miembros de la casa, sobre todo si son niños/as. Por eso, al decirle que la próxima semana iríamos a visitar su casa para ver cómo estaban sus hermanos, se ha tranquilizado.

Ha sido maravillloso el entrar en el Lar santa Mónica con ella. Le íbamos  explicando: aqui, la casa del sol Naciente; aquí las Doroteas... y de repente ella nos corta y dice: pero, ?en el Lar hay muñecas? !Qué pena, con quince años y se ha perdido toda su niñez!

En el Lar todavía no estaban las niñas porque se encontraban todavía en el cole, pero ha sido todo um privelgio ver como todas las personas que trabajan aquí le daban la bienvenida. Apenas han llegado las niñas, ha sido impresionante observar con el gran cariño con el que la han acogido.

El corazon se te queda sobrecogido ante esta situación que crees que es cosa de película, y lós ojos se te emborronan... Paula ha comentado: “tranquilas, esta niña ya está a salvo en el lar santa Mónica”.

El día ha dado mucho más de si, pero por hoy creo que ya os he contado suficiente.

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